La práctica de ejercicio en personas con Esclerosis Múltiple y discapacidad severa ha sido tradicionalmente obviada, al asumir que las limitaciones en movilidad que presenta la persona restringirían sensiblemente las posibilidades de ejercitarse. Sin embargo, en la actualidad se ha demostrado que la práctica de ejercicio es factible en estos casos y además recomendable (1),existiendo varias opciones al respecto:
- Por ejemplo, se pueden realizar ejercicios de fuerza con bandas elásticas, especialmente en brazos y tronco, que por lo general suelen ser zonas con menor afectación. Estas bandas tienen distintos colores que marcan la dureza de las mismas y por lo tanto, la mayor o menor facilidad con la que se permite realizar el movimiento. Una recomendación básica sería la realización de 10-12 repeticiones por movimiento, organizados en 2 series (dos ciclos de esas repeticiones).
Un profesional puede explicarte la manera correcta de utilizar las bandas elásticas y darte algunas ideas sobre el tipo de ejercicios que pueden beneficiarte. En este vídeo te explicamos una rutina para el tren superior: Ejercicios de fuerza con banda elástica.
- El segundo ejemplo básico es el empleo de pedalier, no tan solo para piernas, sino también para brazos (existen pedalieres duales que permiten realizar movimiento tanto con brazos como con piernas). En este caso, se ha observado que es posible realizar pequeños bloques de ejercicio con cierta intensidad de 3 minutos de duración. Podríamos organizar la sesión de ejercicio así:
- 90 segundos a intensidad moderada en el pedalier con las brazos.
- 90 segundos a intensidad moderada en el pedalier con las piernas.
- Descanso.
- Repetir el ciclo de 4 a 6 veces.
En función de cada persona se puede realizar un descanso adicional entre el primer y segundo ejercicio.
Este trabajo con el pedalier también puede ser realizado de manera continua, en función del umbral de fatiga que presente la persona (el límite de esfuerzo a partir del cual se percibe que aumenta la sensación de cansancio característico de la EM) (2).
- Existen otros dispositivos ya un poco más específicos, que también pueden ser útiles para las personas con Esclerosis Múltiple que tienen mayor discapacidad, como los “recumbent steppers”,que son aparatos en los que se pedalea o incluso se simula el movimiento de subir escaleras, mientras la persona permanece sentada.
- Otro tipo de ejercicio puede ser el entrenamiento en una cinta rodante con arnés (en este caso se emplea un arnés que soporta un porcentaje del peso corporal, permitiendo así a la persona caminar sobre la cinta de manera más ágil y reduciendo su nivel de fatiga), necesita por lo general de supervisión por parte de un profesional del ejercicio físico y la rehabilitación (2).
- Finalmente, existen aparatos que facilitan el movimiento a la persona creando una inercia y un empuje, de modo que la fuerza que realiza la persona es menor al verse ayudada por la potencia de la máquina. Este tipo de instrumentos también pueden ser duales (para ejercitar brazos y piernas) e incluso algunos incluyen un motor que genera impulsos eléctricos de baja energía, con el objetivo de estimular y facilitar la contracción muscular y generar movimientos difícilmente ejecutables (en el caso de que la EM esté muy avanzada) sin esta ayuda adicional. Evidentemente, este tipo de protocolos necesitan el empleo de electrodos superficiales y por lo tanto, deben de ser realizados de nuevo bajo supervisión de un profesional.
En definitiva, las personas con EM con gran discapacidad tienen a su alcance diversas estrategias para realizar ejercicio físico y de este modo tratar de evitar la pérdida de movilidad asociada a la inactividad. Es necesario tener en cuenta que no hay porqué seguir protocolos de ejercicio generalizados, sino que la dosificación del ejercicio debe de ser individualizada, atendiendo a las posibilidades de cada persona y, sobre todo, al nivel de fatiga percibida, por ser el síntoma que mayor impacto puede tener a la hora de poner en práctica este tipo de programas de entrenamiento.
A este respecto, conviene recalcar que los estudios que hasta la fecha se han realizado sobre las posibilidades del ejercicio en esta población han incluido pacientes con un nivel de discapacidad igual o superior a 6, de acuerdo con la Escala de Kurtzke (conocida por sus siglas en inglés como EDDS, y valora la situación funcional de la persona con Esclerosis Múltiple) (1) y aunque en ninguno de los mismos se reportó la existencia de efectos adversos, se deben tener ciertas precauciones:
- Si a la hora de realizar cualquier ejercicio aparece sensación de mareo, cansancio, dolor, aumento de temperatura o cualquier otro tipo de efecto adverso, se debe reducir la intensidad del esfuerzo e intercalar descansos de mayor duración.
- Nunca se debe de olvidar que la EM es una patología que no afecta del mismo modo a todas las personas que la padecen, y las reacciones adversas derivadas de la práctica del ejercicio pueden ser dispares.
Si tienes Esclerosis Múltiple con discapacidad severa, te animamos a que consultes con las asociaciones de pacientes cercanas a tu domicilio el tipo de terapias que pueden ofrecerte para mantenerte activo.
Referencias:
- Edwards, T., & Pilutti, L. A. (2017). The effect of exercise training in adults with multiple sclerosis with severe mobility disability: A systematic review and future research directions. Multiple sclerosis and related disorders, 16, 31–39.
- Pilutti, L. A., Paulseth, J. E., Dove, C., Jiang, S., Rathbone, M. P., & Hicks, A. L. (2016). Exercise Training in Progressive Multiple Sclerosis: A Comparison of Recumbent Stepping and Body Weight-Supported Treadmill Training. International journal of MS care, 18(5), 221–229.
Carlos Ayán. Doctor en CC. De la Actividad Física y el deporte.