La psicología aplicada a la actividad física (AF) considera que determinados aspectos cognitivos y conductuales intervienen en la práctica deportiva. Uno de los más estudiados es la motivación ante el deporte, considerándose un factor muy importante para el inicio y mantenimiento del mismo en nuestra vida cotidiana1.

Se confunde a menudo el término motivación con otros términos o expresiones como “tener ganas” o sentir que una actividad me atrae de una u otra manera. Sin embargo, la motivación no es tener ganas, es tener motivos, valga la redundancia. Te sientes motivado a hacer algo cuando encuentras un cuerpo de razonamientos y argumentos que te señalan por qué debes hacer ese algo, sirviendo esos motivos como impulso para llevar a cabo esa tarea. Por ello, normalmente, desear un hábito no es suficiente para instaurarlo en la rutina. Para que un hábito forme parte de tu vida, es importante que además del deseo aparezca la motivación.

Se sabe que la AF en la Esclerosis Múltiple (EM) disminuye el riesgo de aparición de otras enfermedades, reduce los niveles de fatiga, contribuye a preservar las funciones motoras y mejora la calidad de vida, entre otros2; por lo que ser consciente de todo ello puede ayudarte a sentirte más motivado.

No obstante, es importante tener en cuenta que la motivación puede estar determinada por diferentes factores: desde aquellos que nos imponemos nosotros mismos, hasta otros elementos que no están en nuestra mano, como factores ambientales o como algunas cuestiones de salud3. Por todo ello es importante entender que es habitual que el grado de motivación fluctúe y que, por tanto, hay que reforzarlo habitualmente. Para ello te proponemos estas recomendaciones:

RECOMENDACIONES PARA CONSEGUIR MANTENER LA MOTIVACIÓN ANTE LA AF EN EM:

  • Procura terminar con una sensación agradable: se trata de alcanzar el equilibrio entre el trabajo físico y la sensación de poder realizarlo.
  • Eres tu quien va a realizar la AF, adáptala a tus características personales en la medida de lo posible. Por ejemplo, si eres sociable, a lo mejor te ayuda hacer un deporte que puedas practicar con otras personas.
  • Céntrate en la parte que depende de ti y formula tus objetivos y rutinas en estos términos. Por ejemplo: “voy a salir a caminar 30 minutos 3 veces por semana”, en lugar de “voy a eliminar la fatiga”.
  • No olvides la meta (sentirte mejor), pero tampoco el camino que tienes que recorrer para alcanzarla.
  • Introduce en tu agenda tu AF: pon fecha y hora a tus entrenamientos. Mantén una rutina, la AF en tu día a día debe estar después de una actividad y antes de otra. La rutina te ayudará a mantener el hábito y mantener el hábito, te ayudará a mantener la motivación.
  • Póntelo fácil y bonito: cuanto más atractiva consigas que te resulte la actividad, más probable es que te mantengas en ella. Tenemos la falsa creencia de que necesitamos motivación para hacer las cosas que menos nos gustan… pero si conseguimos hacerlas más atractivas, nos resultará mucho más sencillo mantenernos motivados.
  • Hazte consciente de los beneficios que obtienes con la AF, tanto a largo como a corto plazo. Disfruta de tus sensaciones tras cada entrenamiento.
  • Si has intentado anteriormente mantener una rutina de AF, pero no has tenido éxito, analiza que te hizo abandonar y trata de corregirlo en este intento. Evita el pensamiento de “es que ya lo he intentado y no lo consigo”. Ante los problemas: soluciones.
  • Visualízate cumpliendo con tu rutina de AF (especialmente si tienes intentos sin éxito anteriores).
  • Cuida la exigencia y el perfeccionismo. Consulta con tu equipo de profesionales los objetivos que te planteas a nivel de AF para no quedarte por debajo ni por encima de lo que puedes o debes hacer.

«En conclusión, la motivación es un proceso dinámico que puede fluctuar a lo largo del tiempo. Es por ello muy importante que se tengan en cuenta una serie de pautas que te pueden ayudar a reforzarla cuando notes que ésta disminuye con respecto a la actividad física. En este artículo te hemos dejado algunas ideas. No obstante, si ves que aun adoptando medidas te cuesta mantenerte motivado, no dudes en consultar con tu equipo de profesionales, seguro que ellos pueden ofrecerte alguna solución personalizada para tu caso en particular»

BIBLIOGRAFIA:

  1. Capdevila, Niñerola y Pintanel (2004). Motivación y actividad física: el autoinforme de motivos para la práctica de ejercicio físico (AMPEF). Revista de Psicología del Deporte 2004, vol. 13 nº1, 55-74. Consultado en https://www.rpd-online.com/article/view/261/capdevila%20131
  2. Esclerosis Múltiple España (2015). Informe del estudio “Actividad física y deporte en esclerosis múltiple”. Consultado en: https://www.esclerosismultiple.com/ftp_publico/Informe%20act%20fisica%20y%20deporte%20en%20EM.pdf
  3. Garita Azofeifa, E. (2006). Motivos de participación y satisfacción en la actividad física, el ejercicio físico y el deporte. MHSalud: Revista En Ciencias Del Movimiento Humano Y Salud, 3

Celia Ramos. Psicóloga