La implicación de la familia de la persona con Esclerosis Múltiple juega un papel importante en la actividad física
Todos los expertos constatan la necesidad de llevar una vida activa y su repercusión en la mejora de la calidad de vida las personas. Cuando se tiene una enfermedad como la Esclerosis Múltiple (EM), es necesario mantener unos hábitos saludables y esto incluye la actividad física.
Antes de poner en marcha algún tipo de actividad física, la persona con EM, debe conocer sus limitaciones y aceptar que debe adaptar sus pretensiones deportivas a su situación. Para tener la vitalidad suficiente para ponerse en marcha, debe utilizar todos sus mecanismos adaptativos para hacer frente a la enfermedad.
“Es imposible empoderarse si no aceptamos antes nuestra situación.”
Para ello, la persona con EM, debe hacer uso de todos los recursos existentes a su disposición; el tejido asociativo ofrece una amplia variedad de servicios que pueden ayudar a la persona con EM y a sus familias, a adquirir las herramientas necesarias para autogestionar la enfermedad, de forma efectiva y eficaz.
Irene Puerta, coordinadora del servicio de fisioterapia de ABDEM refiere que:
“Desde la asociación se resalta, a los usuarios y a sus familias, la importancia de continuar con actividades físicas que complementen la rehabilitación que se realiza en el centro, por lo que se resuelven dudas y se les asesora para que realicen ciertas actividades físicas en el domicilio de manera fraccionada para evitar la aparición de fatiga, como por ejemplo no utilizar los brazos cada vez que se levanten o se sientan de una silla.”
La EM tiene una progresión intermitente que obliga a la familia a redefinirse constantemente.
En numerosas ocasiones puede observarse a familias desbordadas por la situación, el afrontamiento es único y personal, no hay ninguna familia que lo viva de la misma manera, por lo que el equipo de profesionales realiza una importante labor de apoyo en estas situaciones.
Pasado un tiempo después del diagnóstico, la persona con EM y su familia se adapta y acepta la nueva situación. Es el momento de normalizar la situación, donde la familia tiene un importante papel animando a la persona con Esclerosis a movilizarse.
La actividad física puede y debe ser un recurso, las posibilidades son muy variadas.
Existen un gran número de actividades físicas en las que la familia puede participar y que ofrecen la posibilidad de realizar ejercicio físico, al aire libre y en compañía. Pongamos como ejemplo la marcha nórdica, esta actividad ofrece seguridad a la persona con EM al contar con varios puntos de apoyo, al repartir el esfuerzo aumenta la capacidad de resistencia de la persona afectada, se trabaja la coordinación y el equilibrio, además podemos disfrutar de un buen rato en familia.
Se trata de encontrar aquella actividad que estimule y movilice a la persona con EM.
El papel de la familia es fundamental, deben apoyar y acompañar, siendo conocedores de los beneficios fomentarán la asimilación de nuevos retos, que a su vez mejorarán el bienestar de la persona con Esclerosis Múltiple.
El mensaje está claro: no debemos parar nuestras vidas.
Los estudios demuestran que la práctica de actividad física no aumenta el riesgo de padecer brotes, ser una persona con Esclerosis Múltiple y realizar o no ejercicio físico no supone diferencia alguna en las posibilidades de cursar un nuevo brote y sí en su calidad de vida.
Kiko Munar Cladera. Responsable del proyecto Activa-T y afectado de EM