La Esclerosis Múltiple (EM) es una patología mediada por el sistema inmunológico caracterizada por la inflamación, desmielinización y neurodegeneración del sistema nervioso central (1,2). Para el buen funcionamiento del sistema inmunológico es importante llevar una dieta variada y equilibrada y así alcanzar los requerimientos de nutrientes y otros compuestos beneficiosos para la salud tan importantes como: vitaminas (A, B6, B12, C, D, E, ácido fólico y biotina), minerales (zinc, selenio, magnesio y cobre) y otros como ácidos grasos omega 3, fibra y antioxidantes. Además de cumplir con los requerimientos dietéticos, llevar un estilo de vida saludable realizando, por ejemplo, actividad física, mejora la plasticidad cerebral al reducir el estrés oxidativo (1,2), un desequilibrio interrelacionado con la inflamación que puede dar lugar a la desmielinización y que está implicado en el desarrollo de enfermedades crónicas y neurodegenerativas.

Vitaminas y Esclerosis Múltiple

Las vitaminas cumplen con funciones imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo, pero en la Esclerosis Múltiple algunas de ellas cobran especial importancia por la asociación de estas con el sistema inmunológico y la neurodegeneración (3,4).

De carácter general, los alimentos más ricos en vitaminas son los huevos, los cítricos, las verduras de hojas verdes, los cereales integrales, los frutos secos y los pescados. De entre todas las vitaminas, para la persona con EM podemos destacar como más importantes:

  • Vitamina D

Se ha establecido el papel fundamental que desempeña la vitamina D en la Esclerosis Múltiple por su acción antiinflamatoria, inmunomoduladora y neuroprotectora en el sistema nervioso central, sabiendo que su déficit puede favorecer el desarrollo de la EM, siendo la suplementación la opción más recomendable en este caso (5,6).

En las mujeres, en especial en la etapa previa a la menopausia, la vitamina D se considera imprescindible, no solo por su papel en la Esclerosis Múltiple, sino también por su implicación en la absorción del calcio en los huesos y la prevención de la osteoporosis. Sin embargo, aunque es muy poco común y más actualmente con el déficit que existe en esta vitamina, una alta dosis de vitamina D puede tener consecuencias negativas en la salud, como por ejemplo sensación de fatiga, debilidad muscular y disfunción renal, que puede enmascarar el curso natural de la EM progresiva, confundiéndose con un avance acelerado de la patología (7). Por ello, es recomendable que cualquier suplementación sea valorada y revisada por un profesional.

Podemos encontrarla en alimentos como pescados grasos, yema de huevo y lácteos. Aunque la fuente principal es la luz del sol, ya que esta favorece su formación en el organismo.

  • Vitamina C

La vitamina C tiene un papel protector sobre las neuronas, controlando el estrés oxidativo, alivia la inflamación, regula la transmisión entre neuronas e influye en la actividad de nuestros genes, controlando patologías y trastornos degenerativos (8). Los alimentos más ricos en vitamina C son cítricos, verduras de hoja, pimiento, y frutos rojos.

  • Vitamina E

Es una vitamina antioxidante que protege frente al estrés oxidativo, pero debe controlarse su consumo excesivo como suplemento, ya que tiene acción inmunoestimulante, pudiendo disminuir la efectividad del tratamiento (9). Se encuentra principalmente en alimentos como frutos secos, aceite de oliva, de girasol o soja.

Minerales y Esclerosis Múltiple

Entre los minerales más importantes para la Esclerosis Múltiple podemos encontrar:

  • Magnesio

El magnesio es un mineral fundamental en nuestro cuerpo, que participa en varias funciones fisiológicas como la conducción neuromuscular (10), la plasticidad cerebral y, muy importante en la EM, en el metabolismo de la vitamina D. Los niveles elevados de vitamina D podrían aumentar la demanda de magnesio, por lo que se recomendaría monitorizar su estado y considerar la suplementación en caso de deficiencia por indicación del especialista (11). Los alimentos más ricos en magnesio son frutos secos, cereales integrales, legumbres, pescados y mariscos y plátanos.

  • Zinc

Su papel esencial en el mantenimiento de la salud y el bienestar general está asociado a su participación en la mejora del sistema inmunológico. Sin embargo, un exceso de este puede provocar efectos nocivos y síntomas como anemia, neutropenia (disminución de un tipo de glóbulo blanco), muerte neuronal y deficiencia de cobre inducida por zinc, debiendo controlarse la suplementación de este mineral (12). Al contrario, la deficiencia de zinc se asocia con importantes riesgos para la salud como un aumento del estrés oxidativo (13).

  • Cobre

El cobre también parece ser un mineral implicado en la mielinización de las neuronas, por lo que su alteración podría ser un factor a considerar en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como la Esclerosis Múltiple (14). Está presente de forma natural en algunos alimentos como mariscos, semillas, legumbres, verduras de hoja, cereales integrales y algunas frutas o, también, podemos encontrarlo como suplemento dietético.

Una alimentación variada, equilibrada y sana, nos aporta los niveles recomendados de ingesta de cada uno de los nutrientes descritos en este artículo, por lo que, a excepción de la vitamina D si no hay una suficiente exposición solar, puede no ser necesaria su suplementación o, en todo caso, debería ser valorada de manera individual según las necesidades de cada persona.

Referencias:

  1. Ward M., Goldman M.D. Epidemiology and Pathophysiology of Multiple Sclerosis. Continuum. 2022;28:988–1005. doi: 10.1212/CON.0000000000001136.
  2. Dendrou C.A., Fugger L., Friese M.A. Immunopathology of multiple sclerosis. Nat. Rev. Immunol. 2015;15:545–558. doi: 10.1038/nri3871.
  3. Kumar, R. R., Singh, L., Thakur, A., Singh, S., & Kumar, B. (2022). Role of vitamins in neurodegenerative diseases: a review. CNS & Neurological Disorders-Drug Targets-CNS & Neurological Disorders), 21(9), 766-773.
  4. Rai, S. N., Singh, P., Steinbusch, H. W., Vamanu, E., Ashraf, G., & Singh, M. P. (2021). The role of vitamins in neurodegenerative disease: An update. Biomedicines, 9(10), 1284.
  5. Sangha, A., Quon, M., Pfeffer, G., & Orton, S. M. (2023). The role of vitamin D in neuroprotection in multiple sclerosis: an update. Nutrients, 15(13), 2978.
  6. Menéndez, S. G., & Manucha, W. (2024). Vitamin D as a modulator of neuroinflammation: implications for brain health. Current Pharmaceutical Design, 30(5), 323-332.
  7. Silva-González, O., Roco-Videla, Á., & Maureira-Carsalade, N. (2022). Vitamina D, calcio y esclerosis múltiple. Nutrición Hospitalaria, 39(3), 705-705.
  8. Han, Q. Q., Shen, T. T., Wang, F., Wu, P. F., & Chen, J. G. (2018). Preventive and therapeutic potential of vitamin C in mental disorders. Current medical science, 38(1), 1-10.
  9. Olascoaga J, Castillo- Triviño,T. (2012). Alimentación sana para la Esclerosis Múltiple. 1ª Edición.
  10. Aal-Hamad, A. H., Al-Alawi, A. M., Kashoub, M. S., & Falhammar, H. (2023). Hypermagnesemia in clinical practice. Medicina, 59(7), 1190.
  11. Reddy, P., & Edwards, L. R. (2019). Magnesium supplementation in vitamin D deficiency. American journal of therapeutics, 26(1), e124-e132.
  12. Schoofs, H., Schmit, J., & Rink, L. (2024). Zinc toxicity: understanding the limits. Molecules, 29(13), 3130.
  13. Li, Z., Liu, Y., Wei, R., Yong, V. W., & Xue, M. (2022). The important role of zinc in neurological diseases. Biomolecules, 13(1), 28.
  14. An, Y., Li, S., Huang, X., Chen, X., Shan, H., & Zhang, M. (2022). The role of copper homeostasis in brain disease. International journal of molecular sciences, 23(22), 13850.

Marta Lorenzo. Nutricionista