En los últimos años se ha dado un paso hacia adelante para tratar de demostrar la posible influencia de la nutrición sobre el curso de la Esclerosis Múltiple (EM), (1) asociándose la dieta y ciertos nutrientes con la mejora en la calidad de vida de las personas con EM y el pronóstico de la patología.

Sabemos que una alimentación variada, sana y equilibrada podría tener un efecto inmunomodulador que mejoraría y reforzaría el sistema inmunitario. Por ello, llevar una dieta saludable debería considerarse como parte del tratamiento para el control de la EM (2).

Además de la alimentación, hay otros factores ambientales que podrían estar asociados al desarrollo y actividad de la Esclerosis Múltiple, siendo un claro ejemplo la relación de la escasa exposición solar y el déficit en vitamina D (3).

El papel potencial de la vitamina D en las enfermedades neurológicas no está del todo claro, por lo que se necesita continuar investigando (4). Sin embargo, no es raro observar niveles bajos de esta vitamina en pacientes diagnosticados de Alzheimer, Parkinson, autismo o Esclerosis Múltiple. Merece la pena destacar que, en el caso particular de las personas con EM remitente-recurrente, los bajos niveles de vitamina D podrían implicar un mayor riesgo de lesiones y de brotes (5).

VITAMINA D EN LA ALIMENTACIÓN

La vitamina D es un micronutriente cuyo papel principal en el organismo es el de regular el metabolismo del calcio y del fósforo, favoreciendo su absorción para el crecimiento, mantenimiento y desarrollo normal de los huesos.

Las principales fuentes por las que obtenemos vitamina D son la exposición a los rayos del sol y la alimentación. Una dieta rica en vitamina D debería incluir alimentos como: pescado azul (salmón, arenque, atún o sardinas), yema de huevo, aceites de hígado de pescado, champiñones, leche entera y grasas de la leche (como la mantequilla y la crema de nata) (6).

TEORÍAS DEL DÉFICIT DE VITAMINA D

El déficit de esta vitamina en la población española no debería ser habitual ya que los días soleados predominan durante todo el año y el tipo de alimentación tradicional de este país se basa en la dieta mediterránea, la cual recomienda la ingesta de alimentos ricos en vitamina D. Sin embargo, un porcentaje muy alto de la población tiene déficit en este micronutriente existiendo varias teorías que buscan darle una explicación (7):

 – Factores Fisiopatológicos:

  • Obesidad: La tendencia a la obesidad cada vez es mayor y el exceso de peso se ha asociado con el déficit en vitamina D (7,8) además de con la hipertensión, hipercolesterolemia y resistencia a la insulina, dando lugar a un mayor riesgo cardiometabólico (9,10).
  • Piel oscura: La pigmentación de la piel también está asociada a la síntesis de vitamina D. Aquellas personas con una mayor pigmentación y en consecuencia la piel más oscura, restringen el paso de los rayos ultravioleta y por ello sintetizan menos vitamina D (7).
  • Otros: Otras situaciones o factores que pueden contribuir en el déficit de vitamina D son el síndrome de mala absorción, el fallo renal o hepático, el envejecimiento, o el embarazo, entre otros (7).

Ingesta insuficiente de vitamina D: Esto puede ser debido a un bajo consumo de carnes, pescados, huevos y alimentos fortificados con vitamina D como algunos cereales y grasas (7). Existe la creencia de que determinados alimentos (sobre todo las grasas) se deben eliminar de la dieta por el miedo al aumento de peso o por estar asociadas a un peor estado de salud. Sin embargo, hay ciertos alimentos ricos en grasas (aceite de oliva, frutos secos, aguacate o pescado azul, como las sardinas o el salmón) con un alto valor nutricional debido a su contenido en ácidos grasos insaturados, además de otros nutrientes como la vitamina D.

Exposición solar inadecuada: La baja exposición solar está siendo muy relevante en el déficit de vitamina D.

  • Estilo de vida: Permanecer la mayor parte del tiempo en ambientes cerrados (trabajo, gimnasio, casa…) junto con la polución ambiental o la exposición solar exclusivamente a través de cristales, contribuye a que no se reciba una exposición solar diaria adecuada y por lo tanto no se sintetice suficiente vitamina D (7).
  • Cremas fotoprotectoras en exceso: El uso excesivo de cremas protectoras solares (junto con ropa fotoprotectora) también se está relacionando con el déficit de esta vitamina (11), por crear una barrera en la piel que impide el paso de los rayos ultravioleta y en consecuencia, la incapacidad de obtención de la vitamina D. No obstante, no debemos dejar de hacer un uso racional de la crema protectora tal y como recomiendan los expertos para prevenir problemas dermatológicos.

PROPUESTA DE MENÚ CON ALTO APORTE DE VITAMINA D

La ingesta adecuada de vitamina D a través de la alimentación se consigue con el consumo diario de alimentos como el pescado azul, lácteos enteros o huevos. Un ejemplo de menú ideal, sano y equilibrado sería:

REFERENCIAS:

  1. Olascoaga J, Castillo- Triviño T. Alimentación sana para la Esclerosis Múltiple. Primera edición 2012.
  2. Albrechtsen MT, Langeskov- Christensen M, Jorgensen MLK, Dalgas U, Hansen M. Is diet associated with physical capacity and fatigue in persons with multiple sclerosis?- Results from a pilot study. 2019 Dec 30; 40: 101921.
  3. Bartosik – Psujek H, Psujek M. Vitamin D as an immune modulator in multiple sclerosis. 2019; 53(2):113-122.
  4. Bivona G, Gambino CM, Lacolino G, Ciaccio M. Vitamin D and the nervous system. 2019 Sep;41 ( 9): 827-835.
  5. Smolders J, Mimpen M, Oechtering J, Damoideaux J, Van den Ouweland, Hupperts Kuhle. Vitamin D3 supplementation and neurofilament light chain in multiple sclerosis. 2020 Jan ;141 ( 1):77-80.
  6. Cervera P, Clapés J, Rigolfas R. Alimentación y dietoterapia. Editorial Mc Graw – Hill Interamericana. 4ª Edición 2004.
  7. Rodríguez-Rodríguez E, Aparicio A, Sánchez-Rodríguez P, Lorenzo-Mora AM, López-Sobaler AM, Ortega RM. Deficiencia en vitamina D de la población española. Importancia del huevo en la mejora nutricional. Nutr Hosp 2019;36(N.º Extra 3):3-7.
  8. Mendes MM, Charlton K, Thakur S, Ribeiro H, Lanham-New SA. Future perspectives in addressing the global issue of vitamin D deficiency. 2020 Feb 24:1-6
  9. Feghaly J, Johnson P, Kalhan A. Vitamin D and obesity in adults: a pathophysiological and clinical update. 2020 Jan 2;81(1):1
  10. Durá-Travé T, Gallinas-Victoriano F, Peñafiel-Freire DM, Urretavizcaya-Martinez M, Moreno-González P, Chueca-Guindulain MJ. Hypovitaminosis D and Cardiometabolic Risk Factors in Adolescents with Severe Obesity. 2020 Feb 1;7(2).
  11.  Passeron T, Bouillon R, Callender V, Cestari T, Diepgen TL, Green AC, van der Pols JC, Bernard BA, Bernerd F, Marrot L, Nielsen M, Verschoore M, Jablonski NG, Young AR. Sunscreen photoprotection and vitamin D status. 2019 Nov;181(5):916-931.

Marta Lorenzo. Nutricionista