Realizar ejercicio en el agua es una de las estrategias terapéuticas mayormente recomendadas para las personas con Esclerosis Múltiple (EM). Los motivos son de sobra conocidos y se basan fundamentalmente en la facilidad que ofrece el medio acuático para realizar movimientos que serían mucho más exigentes y, en algunos casos, de imposible ejecución fuera del mismo.

En lo que concierne a las personas con Esclerosis Múltiple y discapacidad severa, la práctica de ejercicio en el agua sigue siendo una opción a tener en cuenta y que ha demostrado efectos beneficiosos en aspectos vinculados a la enfermedad que afectan especialmente a la autonomía funcional, como el equilibrio o la espasticidad (1).

Tipos de ejercicios en el agua con Esclerosis Múltiple

Hay investigaciones que han observado la viabilidad de realizar programas de ejercicio en el agua basados en el desarrollo de sesiones centradas en la práctica de Tai-Chi con fondo musical, estiramientos o ejercicios de fuerza, siempre realizados de forma pausada y controlada y bajo supervisión.

De experiencias previas llevadas a cabo en personas con movilidad reducida como resultado de una lesión medular, se ha confirmado que el ejercicio en piscina ofrece más posibilidades de las inicialmente planteadas, mediante el empleo de materiales de flotación que permiten la realización de actividades de movilización articular, ejercicios dirigidos en medio acuático (con la ayuda de un terapeuta) o incluso pequeños paseos, siempre en zonas de seguridad (poca profundidad y cercanía de bordillo) (2). Es importante recordar que, en el caso de las piscinas cubiertas, la temperatura del agua debe estar entre 26 y 30 grados.

De todos modos, hay que tener en cuenta uno de los principales inconvenientes que suele estar presente cuando se propone la terapia acuática como medio de rehabilitación y que viene representada por la dificultad del transporte.

A este respecto, es interesante introducir el ejercicio en piscina como actividad comunitaria, a poder ser a través de una asociación o federación para personas con Esclerosis Múltiple. Este tipo de organización permite superar la mencionada barrera que supone el desplazamiento hacia la instalación deportiva y además facilita la socialización y la cohesión entre el grupo de pacientes (3). Para una mayor efectividad de este tipo de programas, es aconsejable realizar entre 2-3 sesiones semanales de al menos 30-45 minutos de duración.

Beneficios del ejercicio en el agua y EM

No existe evidencia científica que confirme un efecto positivo en síntomas muy frecuentes de la Esclerosis Múltiple, como la fatiga o la debilidad muscular. Sin embargo, de la práctica de ejercicio acuático se puede esperar una mejora en el rango de amplitud articular (mayor movilidad) y una alternativa especialmente interesante para aquellas personas en las que la práctica de ejercicio físico afecta a la regulación de su temperatura corporal, efecto muy común cuando se realiza actividad física “en seco”.

Finalmente, cabe destacar que el ejercicio en agua también puede tener efectos positivos para aquellos pacientes cuya capacidad respiratoria se vea en cierto modo afectada por la Esclerosis Múltiple. Programas llevados a cabo en piscinas de poca profundidad observaron que la combinación de ejercicios respiratorios y de movilización de miembros superiores realizados sentados tuvieron un impacto positivo en parámetros ligados a la función pulmonar de personas con lesión medular “alta” (4).

Por todo ello, se debe animar a las personas con Esclerosis Múltiple severa a probar las posibilidades del ejercicio en agua, si bien el mismo siempre tendrá que ser realizado (al menos durante las primeras sesiones) bajo la supervisión de un profesional del ejercicio y la rehabilitación.

Referencias:

  1. Selph SS, Skelly AC, Wasson N, Dettori JR, Brodt ED, Ensrud E, Elliot D, Dissinger KM, McDonagh M. Physical Activity and the Health of Wheelchair Users: A Systematic Review in Multiple Sclerosis, Cerebral Palsy, and Spinal Cord Injury. Arch Phys Med Rehabil. 2021 Dec;102(12):2464-2481.e33. doi: 10.1016/j.apmr.2021.10.002. Epub 2021 Oct 13. PMID: 34653376.
  2. Li C, Khoo S, Adnan A. Effects of aquatic exercise on physical function and fitness among people with spinal cord injury: A systematic review. Medicine (Baltimore). 2017 Mar;96(11):e6328. doi: 10.1097/MD.0000000000006328. PMID: 28296754; PMCID: PMC5369909.
  3. Salem Y, Scott AH, Karpatkin H, Concert G, Haller L, Kaminsky E, Weisbrot R, Spatz E. Community-based group aquatic programme for individuals with multiple sclerosis: a pilot study. Disabil Rehabil. 2011;33(9):720-8. doi: 10.3109/09638288.2010.507855. Epub 2010 Aug 20. PMID: 20726740.
  4. Jung J, Chung E, Kim K, Lee BH, Lee J. The effects of aquatic exercise on pulmonary function in patients with spinal cord injury. J Phys Ther Sci. 2014 May;26(5):707-9. doi: 10.1589/jpts.26.707. Epub 2014 May 29. PMID: 24926136; PMCID: PMC4047236.

Carlos Ayán. Doctor en CC. De la Actividad Física y el deporte.