El Dr. Rafael Arroyo es el Jefe del Departamento de Neurología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y Hospital Ruber Juan Bravo. Presidente del Comité Médico Asesor (CMA) de Esclerosis Múltiple España.

¿Es partidario de prescribir actividad física a las personas con EM desde la consulta de neurología? ¿Por qué? Soy muy partidario de prescribir o recomendar actividad física a las personas con EM. De hecho, lo hago prácticamente a todos los pacientes que veo diariamente, independientemente de la situación neurológica del afectado, siempre una actividad física acorde a sus limitaciones. Es una actividad, yo diría terapia, que siempre tiene resultados positivos desde el punto de vista físico y neurológico: mejora en muchos casos la actitud psicológica del paciente, es saludable y recomendable desde el punto de vista médico general, y además ayuda a mantener el peso ideal del enfermo. Sólo hay ventajas y no hay ningún efecto secundario, si se dirige y se hace bajo control de profesionales.

¿Hasta qué punto es recomendable informar al neurólogo siempre que se tiene intención de intensificar la actividad física? Creo que el neurólogo es un profesional que conoce muy bien la enfermedad y las posibilidades que puede tener un paciente con EM en su actividad física. Creo que el diálogo continuo entre el paciente y su médico a la hora de empezar o intensificar la actividad física, puede ayudar al paciente a llevarla a cabo lo mejor posible.

¿Qué tiene que tener en cuenta el neurólogo en la actividad física de su paciente? ¿Y en la práctica de deporte? Evidentemente en la cantidad y el tipo de actividad física y deporte hay que tener en cuenta muchos aspectos, pero los más importantes son el grado de discapacidad del paciente, la edad, antecedentes médicos importantes y el grado de entrenamiento previo en actividad física del afectado. Los síntomas de los pacientes y las posibles secuelas neurológicas son diversas, y por ello se debe plantear la actividad física para potenciar y mejorar el estado físico global y algunas secuelas en particular. Hay que tener en cuenta en los pacientes con EM de manera especial la fatiga que aparece en muchos afectados y también la mala tolerancia al calor de muchos pacientes. Decir que prácticamente todos los pacientes y en todas las edades se puede hacer una actividad física programada, pero individualizada para cada paciente y coordinada entre el neurólogo, el fisioterapeuta y la persona responsable de dirigir la actividad física y/o deporte del enfermo.

¿Influye el hecho de seguir tratamientos modificadores de la EM o sintomáticos en la práctica de actividad física? ¿Habría que prestar atención a algún tratamiento farmacológico en particular? En general, con todos los tratamientos modificadores y con los tratamientos sintomáticos se puede realizar actividad física. Algunos tratamientos pueden tener algunos efectos adversos que de forma circunstancial pueden dificultar la actividad física, pero en general con todos los tratamientos los pacientes pueden y deben ejercitarse.

Desde su punto de vista, ¿cómo se debe actuar ante un brote en relación a la actividad física? Ante un brote, sobre todo si es importante en la sintomatología del paciente, se debe disminuir o en algunas ocasiones parar la actividad física del paciente. Pero quiero destacar que el reinicio temprano y progresivo de la actividad física tras un brote suele ser beneficioso en la mayoría de los enfermos.

¿Cómo influye la edad y el grado de discapacidad que se presenta? Como hemos comentado anteriormente, tanto la edad como el grado de discapacidad son dos de los hechos más importantes de cara a individualizar la actividad física de los pacientes. Quiero hacer hincapié en la importancia de la fisioterapia y sobre todo en la actividad física y el deporte en pacientes con edad avanzada. Como cualquier persona -pero los pacientes con esclerosis múltiple con más motivo- cuantos más años cumplimos tenemos que cuidar más el cuerpo, los músculos y las articulaciones, cuidándose físicamente cada vez más. Los gimnasios deberían estar muy concurridos de personas que según cumplen edad cuidan más su físico.

¿Ha visto en su consulta los efectos del sedentarismo? ¿y de personas sobre ejercitadas? Desafortunadamente, el sedentarismo en pacientes con EM se sigue viendo, fruto de la dureza de la enfermedad, de las condiciones personales y sociales del paciente y a veces de la falta de motivación del personal sanitario que atiende a los pacientes. Este sedentarismo conlleva muchas veces obesidad y otras enfermedades para el paciente. Hay que tratar de mejorar y favorecer estas trabas, pues si nos fijamos en una persona sedentaria versus una persona que realiza con frecuencia actividad física, esta última tiene siempre mejor evolución en las mismas condiciones neurológicas. Hay que tratar de favorecer la actividad física y el deporte, y desde mi punto de vista sin límites y de manera progresiva, pero sin llegar a ser una obsesión patológica para el paciente.

¿Qué recomendaciones generales daría a los profesionales de la atención, actividad física y rehabilitación de personas con EM, en relación a la promoción de la actividad física, ejercicio y deporte? Creo que la recomendación es clara. La actividad física y el deporte son altamente beneficiosos para la mayoría de los pacientes (yo diría todos) con esclerosis múltiple. Hay que individualizar perfectamente esta actividad física para cada paciente y en cada momento, y debe ser lentamente progresiva. Es de vital importancia la buena coordinación entre todos los profesionales que van a atender al paciente, neurólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas, graduados en actividad física y/o entrenadores del paciente.