Es normal tener miedo a iniciarse en la actividad física con Esclerosis Múltiple, pero tenemos herramientas para combatirlo.
El miedo es un sentimiento de angustia provocado por la sensación o creencia de que ocurrirá algo que no se desea. Es una emoción completamente normal y sana que advierte de la posibilidad de un peligro, facilitando el afrontamiento del mismo. Sin embargo, hay que aprender a gestionarlo de un modo adecuado, dado que puede llegar a suponer un obstáculo en las metas que se deseen o se necesiten establecer.
Al comenzar a realizar actividad física (AF) con Esclerosis Múltiple (EM) o ante la aparición de nuevas sensaciones físicas, la persona se enfrenta a una situación desconocida y novedosa, por lo que la presencia de miedo o temores puede ser normal.
Si es tu caso, estas medidas para superar el miedo, pueden resultarte muy útiles:
1.- Define tu miedo: el miedo puede ser un poco difuso. Es posible que te sorprendas a ti mismo pensando que te da miedo la AF, sin especificar mucho más al respecto. Es importante que dediques unos minutos a pensar en ello porque no es lo mismo, por ejemplo, tener miedo al empeoramiento de un síntoma, que tener miedo a no ser capaz de alcanzar ciertas metas deportivas. Las estrategias de afrontamiento serían diferentes en uno u otro caso, por lo que es muy importante definirlo muy bien primero.
2.- Busca información fiable: el miedo puede venir de la desinformación. Es por ello importante que consultes tus temores con los profesionales que te rodean, de modo que puedan orientarte al respecto con un enfoque basado en criterios científicos que te ayuden a aumentar tu confianza.
3.- Escucha la experiencia de otras personas que se encuentren en una situación similar a la tuya. Es posible que otras personas con EM hayan experimentado miedo ante la AF. Tomarlos como modelo y ver cómo han conseguido afrontar sus miedos puede serte muy útil.
4.- Establece pequeñas metas: es mejor dar pasos cortos y seguros. Pero… ¿Cuán cortos tienen que ser esos pasos? ¿Cómo se que estoy avanzando? Muy sencillo: proponte una meta que te sientas capaz de alcanzar, pero que te suponga un poco de esfuerzo (en cuanto a la superación del miedo). Ese es el punto exacto. Por ejemplo: si temes lesionarte ante un ejercicio intenso, empieza haciendo ejercicios suaves y ve incrementando la intensidad progresivamente (hasta donde te recomiende tu equipo médico).
5.- No infravalores los pasos cortos: tendemos a restarle importancia a los ejercicios que suponen menos esfuerzo físico. Sin embargo, en lo referente a afrontar un miedo, estos ejercicios tienen un gran valor. Te van a acercar a la superación del mismo de un modo progresivo. Es posible que a nivel físico no te supongan un gran esfuerzo, sin embargo es una muy buena forma de entrenar tu mente.
6.- Piensa en las dificultades que puedes encontrar en tu proceso de afrontamiento: estar preparado es muy importante. Por ello, te aconsejamos que pienses en qué obstáculos puedes encontrarte en este proceso y lo más importante… ¡Como saltarlos! De esta forma facilitaremos unas expectativas realistas, aumentaremos la eficacia y disminuiremos frustraciones.
7.- Que el afrontamiento del miedo forme parte de tu plan de entrenamiento: no eres un cuerpo sin mente. Lo que ocurre en tu mente interfiere en el rendimiento de tu cuerpo. Por ello, si tienes miedo, hacer un plan de entrenamiento sin tener en cuenta esa emoción es un error. Lo ideal es que definas tu miedo y le des cabida en tu plan de entrenamiento, incluyendo estrategias para superarlo.
Escribir ayuda a pensar, nos hace ser más concretos. Por tanto, para trazar un plan, es muy importante ponerlo por escrito. En esta tabla lo tienes todo de un vistazo:
Mira nuestro ejemplo:
Ahora te toca a ti, descárgate la tabla y comienza hoy a superarlo.
Celia Ramos. Psicóloga