Que el tabaco es una de las causas más consistentes por las que se puede desarrollar cáncer de pulmón está más que demostrado y es que, en los cigarrillos se han identificado más de 20 sustancias potencialmente cancerígenas1.

Dejando el cáncer a un lado, sabemos también que el humo de los cigarrillos tiene además sustancias que dañan el revestimiento de los pulmones y radicales libres que inducen al daño oxidativo1. Estos daños a nivel celular promueven la aparición de complicaciones, respiratorias (infecciones, EPOC, bronquitis crónica…) y cardiovasculares (hipertensión arterial, enfermedad coronaria, accidentes cerebrovasculares…).

Tanto si tu objetivo es aumentar tu actividad física diaria como comenzar a realizar ejercicio a mayor rendimiento, el tabaco también puede ser un factor que te limite en la consecución de tus objetivos.

A continuación, veremos algunas alteraciones que se producen en el organismo a corto plazo cuando se fuma y que pueden influir sobre la actividad física:

  • Taquicardia, hipertensión arterial y vasoconstricción: Tu resistencia se verá disminuida, te fatigarás antes y realizarás actividad física durante menos tiempo.
  • Nauseas, aumento de la motilidad intestinal: El malestar del aparato digestivo frustrará tus intentos y deseos de salir a realizar actividad física y tenderás a ser más sedentario.
  • Disminución del oxígeno en sangre: El monóxido de carbono impide que el oxígeno llegue a tus músculos y otros tejidos por lo que tus músculos se fatigarán antes y tardarán más en recuperarse.

En relación a la Esclerosis Múltiple(EM), el tabaquismo se ha asociado con una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad en su forma progresiva, así como de acumular una discapacidad más rápida en comparación con personas con EM no fumadoras2.

Además, a las personas con EM fumadoras se les ha asociado un mayor volumen en las lesiones desmielinizantes junto con mayor atrofia cerebral si lo comparamos también con las no fumadoras3.

Por estas y otras razones, cabe pensar que el tabaquismo podría estar asociado con el daño neurológico por lo que dejar de fumar debería estar incluido en la planificación del tratamiento de las personas con EM para perseguir una mejor evolución de la enfermedad.

5 RECOMENDACIONES PARA DEJAR DE FUMAR:

1. Consulta con tu médico: Puede asesorarte sobre cuál es la mejor estrategia en tu caso. Además, algunos centros de salud y hospitales ofrecen programas para dejar de fumar. ¡Infórmate!

2. Analízate: Para ello, encuentra los motivos por los que fumas, las situaciones en que lo haces y si has recaído en ocasiones anteriores por qué lo has hecho. Con este análisis, podrás establecer estrategias específicas para combatir todos los puntos de tu lista. Anota también cuáles son tus motivos para dejar de fumar y los beneficios que obtendrás en tu caso concreto dejando de fumar a corto y largo plazo.

3. Ocupa tu tiempo: En ocasiones se fuma para llenar el vacío de un tiempo muerto. Mantenerte ocupado en algo que te guste evitará que pienses en los cigarrillos.

4. Realiza actividad física: El ejercicio aeróbico fomenta la secreción de serotonina, la famosa hormona de la felicidad. Además, al dejar de fumar verás mejorada tu capacidad pulmonar y cardiaca, esto hará que mejoren tus resultados y aumente tu motivación.

5. Escoge un día para dejar de fumar: Márcalo en tu calendario, informa a tus amigos y familia y comprométete con ello. Hasta que llegue el día, ve preparándote, quita los ceniceros y mecheros de casa, ten cerca los recursos que vayas a necesitar (chicles, parches, recomendaciones médicas…), ventila la casa, lava las cortinas y pon fragancias que te agraden con velas o ambientadores. Intenta que en tu entorno nada te recuerde al tabaco.

Dejar de fumar puede ser difícil, pero contando con el asesoramiento y los recursos adecuados, junto con tu esfuerzo y constancia, será un objetivo que seguro podrás conseguir.

REFERENCIAS:

  1. Furrukh M. (2013).Tobacco Smoking and Lung Cancer. Sultan Qaboos Univ Med J, 13(3):345-58.
  2. Wingerchuk DM. (2015). Smoking: effects on multiple sclerosis susceptibility and disease progression. Ther Adv Neurol Disord, 5(1):13-22.
  3. Zivadinov R, Weinstock-Guttman B, Hashmi K, Abdelrahman N, Stosic M, Dwyer M, et al. (2009). Smoking is associated with increased lesion volumes and brain atrophy in multiple sclerosis. Neurology, 73(7):504-10.

Nuria Mansilla Fernández. Enfermera y nutricionista